Concluida la FLS 2013, la feria de las subidas de ventas, de
la mayor asistencia de público, la pregunta que deberíamos hacerrnos cada uno
de los expositores, la organización, la Asociación Feria del Libro de Sevilla,
en mi opinión es: más allá de haber vendido más, más allá de haber atendido a
un mayor número de lectores, ¿hemos sabido fidelizar a estos? ¿Hemos propiciado
que sigan siendo lectores de nuestros títulos el resto del año? ¿Conseguiremos
que el año próximo, cuando la feria comience el 22 de mayo, muy probablemente
con temperaturas más altas, con un monedero más escaso por la altura de mes en
la que viviremos, vuelvan y apuesten por nuestros catálogos? A nivel general,
honestamente, no lo creo. Salvo contadas excepciones, como alguna ruta
histórica, las actividades al aire libre de los compañeros de Cangrejo
Pistolero, o las nuestras propias, alguna degustación de vino de los amigos de
Apolo y Baco… la Feria, un año más, se ha reducido a un sumatorio de
mostradores.
No creo que ese sea el camino para conseguir una masa de “feriantes”,
de lectores que no mire el termómetro antes de salir de casa. Desde Ediciones
En Huida apostamos por acercar el libro al lector. No entendemos ni esperamos
que los lectores vayan a venir, con su monederito en mano, a adquirir nuestros
libros. Salimos a su búsqueda. Intentamos organizar actividades que puedan
ser interesantes y atractivas para ellos. Y, probablemente, este año no hayamos
acertado plenamente. Aunque hayamos
estado cerca.
Hay que entender el espacio de la Plaza Nueva como un
espacio de creación, de interacción, no como una feria de muestras. Un espacio
en el que el lector se sienta protagonista. En el que el lector pueda
participar de la dinámica de la Feria. No todo es organizar firmas. Eso es
necesario, pero no debe convertirse en el epicentro de un ámbito en el que el
protagonista es el libro, en el que el protagonismo descansa en una actividad
(más o menos, según los casos) creativa, artística.
Falta aún más de un año para la FLS 2014. Estamos a tiempo de
generar espacios de creación que implementen la oferta de la Feria. De pensar
en actividades que tomen el libro como excusa, que creen en el individuo la
necesidad de leer. De adaptarse a los nuevos lectores. A las nuevas estrategias
comerciales. Nosotros ya estamos en ello.
PS: Otro día hablaré de Zoido y su tacto para con los libreros y editores que desmontamos la caseta el lunes a la mañana: a partir de las 11, dio orden de que multaran a todos los que estuvieran estacionados ¡¡en la zona de carga y descarga!!
PS. 1: que dio la orden nos lo dijo un policía local.
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