VII Certamen de Poesía Joven Pablo García Baena

La poesía, el mundo poético, como espacio profesional es un mundo complicado. El poeta, por naturaleza, suele ser un tipo raro, más pendiente de su aureola que de aspectos más tangibles. Los editores son profesionales cohartados en su labor por los modelos de Hacienda, por las facturas de la imprenta, por los regates de la distribuidora. El librero es un romántico que tiene que hacer equilibrios entre su romanticismo y la cruda realidad del día a día de los pagos. El crítico se siente "acosado" por el poeta y el editor que buscan una reseña, un guiño, en los medios. Aún así, creo que dedicarse a la poesía, en particular, y a la edición, en general, es una de las más bellas profesiones que se pueden ejercer.

Ayer, sábado 21 de marzo, viví una de esas experiencias que refuerzan esta afirmación: junto con Charo Ramos, Almoraima González, Antonio Rivero Taravillo y Daniel García Florindo, formé parte del jurado del VII Certamen de Poesía Joven Pablo García Baena. Y lo hicimos públicamente. Hablamos de poesía. Deliberamos. Elegimos. Y siempre desde la autenticidad y la pasión. Una experiencia enriquecedora: aprendí en una tarde más poesía que en varios años que llevo en la profesión. Y aprendí, he aprendido, de la honradez y profesionalidad de estos estupendos compañeros de viaje y de Alejandra y Elena. Gracias a todos por hacer de hoy un día bello para la poesía. Por hacer las cosas desde la honestidad y la ilusión. Y gracias por el trato y cariño recibidos.

En estos días de absorciones (cuánto tendrían que aprender esos dinosurios editoriales del modus vivendi de las pequeñas editoriales), de premios grandilocuentes que pierden credibilidad (cuánto tendrían que aprender esos dinosurios editoriales del modus operandi de las pequeñas editoriales como La Bella Varsovia)... toparse con personas como estas, con premios "higiéncos" (Elena dixit), con editoriales que apuestan por la honradez, te proporciona el ímpetu necesario para afrontar durante mucho tiempo esta profesión o labor que desempeño desde Ediciones En Huida. Para creer en lo que hago. En lo que hacemos.

Es necesario que estos premios, que estas editoriales, que estos profesionales existan y se conozcan. Pongan aquí el foco. Vayan a lo importante. No a lo que brilla. Busquen la verdad que la tienen muy cerca. Apuesten por ella.

Gracias. Muchas gracias por contar conmigo para este jurado. Gracias por, muy modestamente, permitirme que forme parte del García Baena para siempre. Para que, por una tarde, haya sido un bello varsoviano más.

Y, por supuesto, gracias por ese almuerzo y esa sobremesa en el que se comparte mucho más que poesía, en el que se hace esa labor de hilvanado que es tan deseable entre colegas.

Alejandra y Elena: gracias. Charo, Almoraima, Antonio y Dani: gracias. Sara, Rocío y Pablo: gracias.

Larga vida al García Baena y a La Bella Varsovia. Y a mis compañeros de jurado de hoy: honor.