Ferias del libro

Arrancada la primavera comienzan, en continuo goteo, las ferias del libro en muchos municipios españoles. Córdoba, Tomares, Olivares, Sevilla, Conil de la Frontera... acogerán casetas de Ediciones En Huida. En Sevilla estaremos en el número 6, frente a la entrada principal del Ayuntameinto. En Córdoba, en la 2, junto a la caseta de información. La primera tiene una ubicación más complicada que la segunda para la venta. Pero eso no es lo más importante. Una feria del libro, para nuestra editorial, no es un mostrador. Es un punto de encuentro de personas y disciplinas. Poco a poco vamos conociendo el funcionamiento de estos eventos. Y vemos cómo les está costando evolucionar y no dejar de ser ese mostrador que, quizá, y torpemente, creen que interesa al librero. Para entendernos: si en una feria se presenta un libro de recetas, el director prototípico actual se limita a traer al cocinero en cuestión y llevarlo al espacio principal que tengan para llevar a cabo las presentaciones. Apasionante... Originalísimo... Pues, tal vez, lo que se debería hacer es traer a ese cocinero y hacer que cocine sus recetas. U organizar una cata de los productos. Sirva este básico ejemplo para conocer nuestra postura.

Si vendes poesía, haz que al autor recite. Que el autor sea "tocado" por el público. Y que no se limite a estar sentado detrás del mostrador durante sus 30 o 60 minutos de firma. Si vendes narrativa, quizá interese que ese autor imparta un pequeño taller magistral sobre escritura. Si vendes narrativa histórica, llama a tres o cuatro especialistas en la materia y organiza una mesa redonda o un ciclo de pequeñas conferencias. Si vendes álbumes ilustrados, procura que el ilustrador enseñe a dibujar a los pequeños, en vez de firmar ejemplares...

Enfocando la cuestión así, ganaremos en público y, por ende, en ingresos.

Una feria de libro debe ser un lugar de encuentro. Sí. Pero dinámico, sin tanto corsé.

Nosotros seguiremos intentándolo. Os esperamos en Córdoba (2). Os esperamos en Sevilla (6).